domingo, 28 de mayo de 2017

MORIR POR LA BELLEZA

La poesía de Emily Dickinson





En apariencia sin sorpresa
para la flor feliz, 
el hielo, jugando, la decapita
valiéndose de su momentáneo poder.
El rubio asesino prosigue,
el sol avanza sin conmoverse
a medir otro día, 
para un Dios que lo aprueba.







Morí por la Belleza -mas apenas
en la tumba me había acomodado
cuando Otro, que murió por la Verdad,
vino a ocupar la habitación de al lado-

"Por qué moriste", preguntó con suavidad,
"por la Belleza", contesté-
"Y yo -lo que es lo mismo- morí por la Verdad
-somos hermanos", concluyó-

Y así, como Parientes reunidos por la sombra-
hablamos desde nuestros cuartos respectivos-
hasta que el musgo nos tapó la boca-
y cubrió- nuestros nombres.






miércoles, 24 de mayo de 2017

SOPORTAR LA ETERNIDAD

OCUPACIONES VERANIEGAS



Por fin dispongo de tiempo, hasta dispongo de tiempo para hacer lo que quiera de mis días, por ejemplo, tumbarme al sol y aguardar la llegada de las hormigas. No pueden tardar, y cuando lleguen aquí me encuentran, a mí, que soy vacilación, o lo que quede de mí, buenas noches, unas sandalias, unas gafas, algunas sílabas casi de vidrio. Tengo que pensar en lo que diré a criaturas tan susceptibles; sería de mal gusto distraerlas de sus ocupaciones, les hablaré del trigo rojo de Hungría, a veces casi violeta, de los cardos de Epidauro rastreando en la tierra, en busca del corazón del agua. Pero cuando me volví para seguir el vuelo de un pájaro, me di cuenta de que el tiempo había cambiado, las hormigas no vendrían ya. En efecto, el sol se había nublado, la lluvia no tardaría, torrencial. ¿Y ahora, quién te ayudará a soportar la eternidad?


Eugenio de Andrade









NADA

ni el blanco fuego del trigo
ni las agujas clavadas en las pupilas de los pájaros
te dirán la palabra

No interrogues no preguntes
entre la razón y la turbulencia de la nieve
no hay diferencias

No colecciones heces tu destino eres tú

Desnúdate
no hay otro camino


 Eugénio de Andrade
"Ocupaciones veraniegas"

domingo, 21 de mayo de 2017

COMPARTO CORAZÓN


Artista Oleg Oprisco


Comparto corazón.
Amplio, soleado, céntrico.
Dos ventrículos orientación sur.
Dos aurículas con vistas al interior.
Sin salida de incendios,
pero con amplia zona verde.
No tiene ascensor, vive a ras del suelo.
Llamar a cualquier hora,
no hacen falta referencias,
Precio a convenir.

Begoña Abad

martes, 9 de mayo de 2017

LA MADRE CASA, LA MORADA


"Las ventanas, las puertas, la voz baja, la palabra vida, la palabra palabra ..."  

                                                                                                                          Olga Elena Mattei




FUIMOS TU SANGRE, VIEJA CASA



Todos amamos esta casa ajena,
como se ama
un estanque en la infancia,
como un pozo extraño, mudo,
indiferente,
pero casi nuestro ante la
propia imagen reflejada.
¡Clara casa!
residencia de luz,
tibieza de campana.
¿Quién nos podrá decir
que eres ajena?
¡Eres más nuestra!
¡nosotros somos tus entrañas!
Dulce casa,
triste alcoba de lágrimas calladas,
amplia entrada
para que llegaran los hijos a mi abrigo,
para que volvieran los amigos
a las fiestas sencillas del cariño.
Quieta sala,
para los periódicos de todos los domingos,
para la música, para las cabezas
reclinadas.
Intima vivienda,
si no me perteneces,
yo debo ser tuya,
como las pajas de agua
pertenecen al bosque,
como una fruta seca
que no es dueña del árbol,
pero es hija suya y heredera.
Casa, fuerte casa:
entrégame tu herencia
porque me voy mañana
para el asilo de las piedras
y los muros
y las alcobas solitarias.
Me llevaré a mis hijos;
no han crecido sus pies como caminos,
y tienen las manos todavía
forradas con las mías
como guantes.
De ti nacieron.
Va creciendo su piel bajo mi miedo
como bombas de tiempo,
y un día estallarán en mil pedazos
para poblar el mundo con mis manos.
No sabrán cómo eran míos,
¡que los hice de mí, trago por trago!
Ni en su recuerdo
estarás protegiéndolos,
como una concha de carey
o como un templo,
cuando sus pies pequeños eran lentos,
cuando sus pasos comenzaban apenas
a caminar en las rodillas.
Y tú lo olvidarás:
lavábamos con agua
las manchas de sus manos.
Nos llevamos las camas,
las almohadas, las mantas, las palabras...
y el silencio.
Parecías...!eras un esqueleto!
pensaba que nosotros mismos
habíamos roído nuestros huesos.
Te pedimos perdón, y te miramos
como queriendo despedirnos en voz alta...
Nuestros pasos sonaban,
como si tú hablaras,
como si quisieras contestarnos con palmadas.
Y estoy llorando ahora,
cuando te recuerdo en esta nueva casa,
sin saber si fuiste nuestra,
o si fuimos tu sangre,
sin saber si nos recuerdas,
llena de gente nueva,
poseída
con el goce
de un amante,
¡pero con el amor
de una madre!


Olga Elena Mattei

lunes, 8 de mayo de 2017

LA LÁMPARA DE LA VIDA






LA LÁMPARA DE LA VIDA


Siempre estamos persiguiendo una luz,
y siempre la luz se aleja. Con las manos a tientas
nos estiramos hacia esa gloria, mientras las tierras
que atravesamos se ocultan a nuestra vista,
oscuras y misteriosas, plegadas en la noche profunda.
No nos importa, toda nuestra mayor necesidad
no exige más que luz, ¡la luz! Tan quieta permanece
pero seguramente será nuestra si ejercemos nuesto poder.
¡Tonto! Nunca podrás captar ese destello fugaz,
su llama brillante moriría si fuese capturada,
su vigencia es siempre aparente,
pero sólo un poco más al frente. Consternados,
pero iluminados siempre desde adelante, somos llevados
por nuestro camino desconociéndolo, como en un sueño.

Amy Lowell

sábado, 6 de mayo de 2017

SEPARADOS POR LA DEBILIDAD



Arturs Akopjans


El encanto y el afecto requieren esfuerzo,
y es verdad que, para mí, nada es sencillo.
«Es irrelevante»,
dijo alguien que conozco.
«Tus poemas son irrelevantes;
el arte necesita otras cosas».
El arte no necesita nada,
me gustaría añadirlo.






Y   Y O   S I G O   H A C I E N D O   A R T E



Se dice que, en silencio, las personas
se esfuerzan por morir, porque todo lo orgánico
lucha por convertirse en inorgánico
y todo movimiento avanza y lucha
para dejar de serlo.
Las cosas se derrumban porque quieren
que se las deje en paz.


Arturs Akopjans


Los tristes se rinden;
un pueblo medieval se rinde
tras un asedio interminable, a duras penas,
bajo sus propias condiciones.
No pueden soportar la carga;
la culpa y la tristeza se comparten
entre todos los presentes.




Arturs Akopjans



El rechazo no ayuda,
ser insensible es útil,
aunque aseguren los psicoanalistas
que renunciar al deseo es una muerte anticipada.
Me resulta difícil plantarme ante el espejo. Me obliga
a enfrentarme a mi cara y a odiarla sin piedad.



Arturs Akopjans


Eso me aleja de las niñas de papá,
que pueden permitirse la maldad y la ira
sin nada que perder, pues se las ama y asegura por adelantado.




Arturs Akopjans



Existe gente honrada, gente que sabe gestionar la transparencia
sin recordarse a sí misma todo el tiempo
que jamás algo falso ha sido hermoso.
Gente que nunca esquiva su tristeza y que, al afrontar
sus errores, dice, con cierta calma:
«Soy consciente de que me has abandonado. Estás
fuera de mi alcance. Insistir
carece de sentido; nadie ama cuando está
obligado a hacerlo».




Arturs Akopjans



Esa gente ha aprendido cosas
que yo no soy capaz de aprender. Estamos separados
por la debilidad, que se disfraza de sentido del honor
y convierte en teoría todo lo que toca.
Cuando se vuelve insoportable de verdad,
solo puedo, con mi delicadeza exagerada,
esperar una lluvia que equipare el tiempo con mi humor.




Arturs Akopjans



Existe cierto encanto en emplear el arte
para liberarse. Encanto en lo que dices
cuando estás libre de las restricciones de un único punto de vista,
encanto que previene el habla y que evidencia la incapacidad,
encanto que no eludes nunca,
pues estás débil como para sobrevivir
al nivel de exposición que exige el ser humano.



El encanto y el afecto requieren esfuerzo,
y es verdad que, para mí, nada es sencillo.
«Es irrelevante»,
dijo alguien que conozco.
«Tus poemas son irrelevantes;
el arte necesita otras cosas».
El arte no necesita nada,
me gustaría añadirlo.



Katja Perat






martes, 2 de mayo de 2017

LO MEJOR LO PONGO YO





Las imágenes más bellas, los sonidos más armoniosos se agrupan, se desintegran. Sólo queda una cosa, una belleza infinita que pasa de una forma a otra, eternamente desplegada, variable, pero, ciertamente, no siempre se le puede retener y exhibir en museos y trasladar a notas musicales y después llamar a viejos y jóvenes, y que los niños y los mayores charlen y se dejen maravillar. Es necesario amar a la humanidad para penetrar en el verdadero ser de cada uno; no debemos tener a nadie por demasiado poco o demasiado feo, sólo entonces podremos comprenderla; el rostro más insignificante causa una impresión más honda que la simple sensación de lo bello, y se puede hacer salir a las figuras de sí mismas sin introducir en ellas nada copiado del exterior, en donde no se siente vibrar ni latir ninguna vida, ningún músculo, ninguna pulsación. Kaufmann le reprochó que él no encontraría en la vida real ningún modelo para un Apolo de Belvedere o para una Madonna de Rafael. «¡Qué importa!», replicó, «he de admitir que me siento bien muerto ante esas obras; cuando trabajo en mi interior, tal vez puedo sentir algo, pero lo mejor lo pongo yo. El poeta y el artista que prefiero es el que me da la naturaleza de la manera más real, de forma que yo, ante su creación, sienta algo; todo lo demás me estorba.

Georg Büchner
Lenz
Edit.Bienza
Trad. Rosa M.Gomez Pato
pp 87-89





Constantes de su obra


Su preocupación por el dolor humano en todas sus formas, desde aquel que está provocado por la injusticia social hasta el consecuente a la propia desorientación del hombre en el seno de la Creación, sea dolor físico o sufrimiento existencial.

El amor a todas las criaturas humanas, a las gentes sencillas. Según él, y como observa el protagonista de Leonce y Lena, "(...) hasta el más humilde entre los hombres es tan grande que la vida es demasiado breve para poder amarlo".

Descripción naturalista de hombres y ambientes e interés por los condicionamientos biológicos del comportamiento humano. Un buen ejemplo son los efectos en Woyzeck de los experimentos a los que le somete el doctor.

El sentimiento de vacío, de sinsentido de la vida que a menudo se apodera de sus personajes. La existencia es una «herida» en la nada y nuestra finalidad «esa X eternamente denegada» (La muerte de Danton). Esta obsesión recorre su obra y su correspondencia, no hace distinción entre sus personajes, ricos o pobres, con ironía (en Leoncio y Lena) o con sus tonos más trágicos, desde la vida ociosa y placentera para la cual el tiempo mismo es un bien demasiado abundante (véanse las palabras del Capitán al comienzo de Woyzeck) hasta Woyzeck, que no es dueño ni se su propio cuerpo, y pasando por quienes se encuentran a las puertas de la muerte y recapitulan sobre su pasado (La muerte de Danton): el nihilismo como dimensión espiritual del sufrimiento humano.

El estudio de la locura en Lenz y en Woyzeck. La locura no sólo es representada como desvarío intelectual o la incapacidad de compartir la misma percepción de la realidad que el resto de los seres humanos —es el caso de Woyzeck—, sino también como un no poder sentir ni desear —en Lenz—. La locura se nos representa como algo que trasciende al nihilismo intelectual de, por ejemplo, un Danton o un Leoncio, para convertirse en una «nada» emocional.

La burla del tedio y los prejuicios burgueses.

La compasión y la comprensión frente a la rigidez de la condena moral implacable de quienes se sienten a gusto con su conciencia: Danton frente a Robespierre, la actitud frente al crimen de Woyzeck, quien apenas es dueño de sus actos.

Un fino análisis psicológico de sus personajes. La modernidad de su estilo y forma de abordar el drama.

Su propia obra, como es fácil suponer, no ha podido mantenerse al margen de la polémica ideológica entre quienes quieren ver en él a un materialista con simpatías por un socialismo incipiente y quienes destacan el pesimismo y el fatalismo nihilista que recorren toda su obra, tan contradictorios con cualquier actitud positiva y transformadora.

La controversia sobre su evolución en materia de fe religiosa no es menor. Por una parte Georg Büchner se hace eco del ateísmo y del materialismo científico paterno y familiar; por otra, hay quienes se preguntan si en algún momento Büchner llegó a buscar, como su personaje Lenz, la fe de las gentes sencillas, aquellas a cuyo lado siempre quiso estar: «Intentémoslo alguna vez y sumerjámonos en la vida de los más pequeños» (Man versuche es einmal und senke sich in das Leben der Geringsten). La descripción de ambas actitudes está presente en su obra. La correspondencia del propio autor tampoco parece aclarar mucho sobre este punto, ya que manifiestan un pensamiento ateo y materialista, por mucho que sus albaceas se hayan esforzado posteriormente en borrar todo rastro de ateísmo y socialismo radical. La única muestra de religiosidad por su parte fue una frase que repitió en sus últimos días, delirando, y que Caroline Schulz recogió en su diario: «No tenemos demasiados sufrimientos, sino demasiado pocos, porque por medio del sufrimiento nos unimos con Dios».


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