Mostrando entradas con la etiqueta Giconda Belli. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Giconda Belli. Mostrar todas las entradas

domingo, 29 de julio de 2018

REFLEXIONES DESDE EL BANCO DE LOS OLVIDADOS

Muchos son los sinsabores y quebrantos que padres y madres mayores sufren de los hijos adultos cuando estos están creciendo y madurando, en otros aspectos que no son el físico, claro.  Muchos los hijos que en ese despertar a la frustración y discurrir por la vida entre desencantos y entresijos lógicos que la vida produce, encuentran en los padres el blanco perfecto donde descargar la batería de insatisfacciones y rabia. Frustraciones naturales de un desorden generacional que necesita su tiempo para ser entendido y procesado y disculpado cuando no perdonado. 


Corazones tendidos al sol desangrándose



Hablo del hijo intolerante que ya no atiende la voz de la madre o el consejo del padre, que los mira con desatino y desprecio, que tiende a reprochar, ridiculizar, que se aleja. Cuando esto ocurre y nos ponemos en la piel de la madre que ha amado y sigue amando, cuida y protege a sus hijos, -sin que eso la convierta en inocente ni perfecta-, entendemos algo de su dolor y su silencio, de su prudencia, de los pensamientos rayados que procesa  su cabeza hablándole al corazón en un discurso tan inútil como pertinaz: sé que te fallé, no me ataques, de nada soy culpable, lo hice de la mejor manera.

¿Quién puede causar dolor sin antes haberlo sufrido? ¿Quién puede recibirlo sin antes haberlo dado?: involuntaria inconscientemente, sí, pero dolor inevitable que conlleva el discurrir por los caminos de la evolución. Todos somos víctimas y verdugos de un sistema que nos culpa y encadena. Es natural que de padres a hijos se transmitan esas imperfecciones cuando criamos y educamos a nuestros menores, todos estamos aprendiendo y todos lo hacemos de manera imperfecta e incompleta porque el propio mundo es así: de ahí el rechazo, de ahí la  incomunicación y como consecuencia la lógica insatisfacción. 

Cuando los padres se hacen mayores siguen aprendiendo; una de las cosas que les enseña su madurez es a interpretar las experiencias de manera diferente, con una mirada más extensa y expandida, cosa que a efectos prácticos les sirve de muy poco porque a la vez que eso sucede se van haciendo cada vez más pequeños e invisibles a los ojos ajenos de la sociedad. ¿Que injusta realidad, verdad?. Cuando uno sabe y está más preparado para aportar a la comunidad va y lo trasfieren a la reserva, al banco de los olvidos. Podría parecer una zona de confort y no lo es, yo la llamo zona de alto riesgo, porque la invisibilidad produce atropellos que los invalida y deja frágiles y vulnerables como un pañuelo de papel. Es un hecho que pocos los miran y menos los ven. Por eso necesitan tanto de la comprensión y los afectos de los próximos, especialmente de los hijos, y como no, del aprecio y siempre del respeto. 

Hay padres mayores mentalmente muy jóvenes, mucho más jóvenes de la edad que tienen o aparentan, también en lo físico, conozco casos de padres más jóvenes que sus hijos, por su manera de estar y de pensar, esto la mayoría de hijos no lo entienden, porque no lo han vivido,  pero es así, esos padres, esas mujeres ricas y frondosas: universos y madres como la autora de este poema: LA MADRE DE MIS HIJAS se refiere a sí misma como "ella", se presenta como una extraña, una perfecta desconocida a la mirada de sus hijos, condenada a la clandestinidad y la incomprensión. De eso habla este poema, de lo mismo que hablo yo cuando digo que yo también me ocupe de los hijos como una leona, y para bien o para mal y hasta el final seguiré conservando la melena.

Elena


  

LA MADRE DE MIS HIJAS

  

La madre de mis hijas,

la del pelo de leona

una mujer niña

que padeció largos dolores de crecimiento
que, a la par de ellas,
-no antes-
conoció la poesía, el desafío,
el olor a aceite de fusil
la textura irregular
de las granadas de fragmentación.

La madre de mis hijas
tan preocupada siempre
por ser feliz
por no dejarse escatimar el día;
las que les pintó las cunas y el cuarto
con colores sicodélicos
-la cuna de Melissa, la cama de Maryam
naranja brillante-
ella que descubrió la piel escurridiza del tiempo
la infidelidad, el escondite
y que les lloraba en el pecho
-hija de las hijas-
ensimismada en sus cosas
llevándolas de un lado a otro
como paquetes
apurada y sin tiempo
para detenerse y jugar.

La madre de mis hijas
huyendo de ellas
por no saber como hacer las paces con ellas
cómo evitar la quieta censura
el reclamo en los ojos;
la que les escribió poemas de amor
para los días cuando la entendieran,
cuando el resentimiento
no les hiciera mella.

La madre de mis hijas
empecinada en vivir una vida
que valiera la pena
para que ellas al menos dijeran
"Esto, aquello, permanece
No en vano la extrañamos."

La madre de mis hijas
contempla la sólida nobleza de la mayor
la tenaz perseverancia de la segunda
la rebelde independencia de la tercera
ve tres mujeres florecidas
en ruta cierta al esplendor
ve a las que son madres
entregarse rotundas al oficio de los hijos
y piensa
que entre todo lo que hizo mal
o dejó de hacer
algo haría bien,
algo.


Giconda Belli

sábado, 3 de marzo de 2018

DESAPEGO DE LA HIJA




















Desde que creció me esquiva
Alondra volando sola






Alas con filo tomando altura
Para desde lo alto
sacudirme mi amor como un estorbo.
La pájara pinta
Mi muchacha con el garbo de una garza
A la orilla del mar
Tiene la mirada lejana
De quien se sabe llegada de un lugar distante
Una extranjera en una tierra donde todos se reconocen.
¿Cómo sorber el aire que la aleja
Soltar las plumas de los cisnes
Para labrarle un nido mullido y seguro
Donde atracar?
¿Cómo traducirle a su idioma de pájara
El amor del cuerpo que sin hacerla la hizo
Que sin nacerla la nació
Que la amará a través del espacio
A través del largo viento y la nube
Que ella cabalga
Evitando acercarse?
¿Cómo puedo yo
Sin usar estrategias de guerra
Cortarle la retirada?

Gioconda Belli



sábado, 5 de diciembre de 2015

ASI SE AMA A LAS MUJERES

Gustav Klimt


REGLAS DE JUEGO PARA LOS HOMBRES QUE QUIERAN AMAR A MUJERES MUJERES




El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mi,
la golondrina transparente de la ternura.


El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
con que yo estaré al lado suyo.


El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.


El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría,
desde el fondo de mi cuerpo.


El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.


El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.


Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.


El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.


El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del 
enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.


El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron
separados
como seres de distinta estatura.


El amor de mi hombre
no querrá rotularme ni etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
con una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.

Gioconda Belli



Si compartís esta entrada G+1 por que os gusta, estáis ayudando a que este blog esté más presente en las búsquedas y pueda ser más leído. Gracias!
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...