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domingo, 4 de junio de 2023

AMARSE EN LOS DESCANSILLOS



Este poema lo escribí para mis primos Conchi y José Luís, en su 34 aniversario de boda (Bodas de Amapola). Lo celebramos ayer 3 de Junio, cayó un aguacero increíble que parecía querer arruinar la fiesta, pero nada de eso pasó, funcionó el plan B como estaba previsto, como funcionan todas las cosas cuando hay propósito y alegría. Fue un día especial para ellos, recibir el abrazo de casi setenta personas, entre amigos y familia. También para nosotros, la familia, pues son más las veces que nos juntamos todos para despedir que para celebrar. Así que mil gracias por esa tarde tan bonita de fiesta y celebración,  de compartir cosas tan hermosas como las charlas y las risas con los nuestros. 
Me gustó ver como se querían, sin edulcorantes ni paliativos, como a mi me gusta el amor. Les deseo lo mejor y que juntos, por mucho aguacero que caiga,  sigan descorriendo las cortinas del cielo todos los días. 


AMARSE EN LOS DESCANSILLOS

El amor está hecho de retazos
de besos y de abrazos,
de cebolla caramelizada
con azúcar de caña
de mil hojas de caricias
de hogueras encendidas
de vuelos de ceniza
de pan de limón
con semillas de amapola.

El amor no es un pastel
de tres pisos
chorreando merengue
por los costados,
con dos pingüinos encima.
El amor que fortalece
es una escalera infinita
de idas y venidas
de revueltas y de corridas
entre sótanos y altillos.

No ama quien no entrena,
quien no se entrega al otro
con heroicidad y con valentía,
quien no sabe sentarse
en el descansillo
a escuchar a su pareja,
echarle al hombro su brazo
y regalarle su bocadillo.

No ama 
quién no sabe volar,
quien con los ojos
no sabe hacer el amor
a su pareja.

Elena 

martes, 10 de enero de 2023

CUANDO SE APAGA LA LUZ OTRA LUZ BRILLA




CUANDO SE APAGA LA LUZ OTRA LUZ BRILLA

Ayer en la mañana salí a la terraza a retirar las luces de Navidad. Ya se acabaron las fiestas y toca guardar los adornos navideños hasta el año próximo.  Cuando las colocaba en la caja donde las guardo, se encendieron todas las bombillas, ante el umbral de la oscuridad, pues funcionan con una pequeña placa solar. Ese parpadeo luminoso repentino llamó mi atención, me hizo pensar en el alma cuando se enciende y apaga, cuando recargada de energía transmite luz y alegría, cuando agotada se inhibe y oscurece, hasta que una mano invisible la conduce a la fuente donde reposta de nuevo, para volver a iluminar. 

Cuando a veces me preguntan sobre el sentido de la vida, respondo que la entiendo desde un sentimiento eterno y universal. Siento que pertenezco a un todo superior, que todos somos parte de la naturaleza y estamos en constante y perpetuo cambio de vida y de muerte. 

No estamos aquí por casualidad, estamos aquí para aprender con un propósito.  Mi lema en esta vida es: aprender y disfrutar. Me gustaría añadir sin dolor, pero no es así, siempre aprendemos con dolor y poco o nada con la alegría. 

Los humanos como raza superior que somos, nos distinguimos de las plantas y los animales por tener un cerebro pensante que toma decisiones, estudia, programa, imagina, medita, crea... Somos seres dotados de talento y capacidades, seres inteligentes aunque a veces actuemos como pollos sin cabeza. Nuestra misión, en su conjunto, debería ser mejorar la vida, despertar,  elevar la conciencia, reconocer esa parte inmaterial con vida que vibra en nuestro interior al que llamamos alma o espíritu. "La voz" que nos habla sin hablar, que nunca nos miente. Ese fragmento del todo inmortal al que algunos llaman Dios.
  
Cuando se acaba nuestro ciclo de vida, el alma asciende a una dimensión que no alcanzamos a comprender, mientras que el cuerpo regresa a la tierra, a su origen. Vuelve al vientre de la madre para que lo engendre de nuevo.

No somos diferentes a otras especies inferiores de la naturaleza. La manzana primero es una semilla que ha necesitado un cuerpo para crecer: el árbol con sus raíces, su tronco y sus ramas, es el cuerpo que ha hecho posible su desarrollo. Así es como interpreto yo la vida humana. No creo que nuestra existencia se acabe aquí, como muchos creen. Sabemos muy poco de lo que nos trasciende, de lo que está más allá de las leyes de la física. No tenemos respuestas a tantos misterios como nos presenta la vida.  Difícil saber más allá de lo que nos enseña la biología y la ciencia con sus descubrimientos. Que crezca una vida humana inteligente y perfecta en el vientre de una mujer, con un programa que le viene dado, es un gran misterio. A mi me lo parece. Algunos lo llaman milagro. Otros no le ponen nombre, prefieren que la ciencia, siempre la ciencia,  les explique sus orígenes y principios, y niegan explicaciones metafísicas que no comprenden ni quieren.   

Lo cierto es que el espíritu, esa chispa interior que nos mueve, necesita un cuerpo con el que experimentar desde lo material. Un cuerpo dotado de órganos y sistemas autónomos que le den estructura y consistencia.
Con el paso del tiempo la materia orgánica del que está hecho se degrada y muere, pero no el espíritu.  "La chispa divina" nunca muere ni se destruye, solo se transforma, busca otro soporte para continuar su aprendizaje. 
En el cuerpo hay dos grandes centros de poder encargados de regir y mantener la vida en el complejo sistemas automático que lo compone: cerebro y corazón. Nada serían el uno sin el otro. Las razones del cerebro no siempre entienden al corazón. El corazón no engaña, ni se deja embaucar por argumentos y dictados. Para ambos lo mejor es no vivir enfrentados. Cuando la razón va por un lado y el corazón por otro, el cuerpo enferma, se trastoca. Cuando van de la mano, el cuerpo se equilibra y se llena de aciertos. Se hace más sabio. Es así como el cuerpo adquiere salud física y emocional.

Cuando me cuestiono si el cerebro además de conocimientos tiene conciencia, tengo dudas. Hay teorías nuevas que defienden que el cerebro tiene corazón y el corazón cerebro. Yo siento que la conciencia es un emisor de la sabiduría humana. Necesita no solo de esos dos grandes motores, también de todos los demás órganos. Creo que otro programa inteligente organiza las experiencias humanas con todos sus conocimientos y le pone voz al cuerpo, con muy pocos decibelios, apenas un susurro. Esa voz se percibe desde el silencio.   

Aquí hemos venido a hacer deberes, aprender es una constante para no fenecer, para pasar de una clase a otra clase. Los hay muy, muy repetidores. Confío que una masa crítica de mente más despierta incline la balanza, en favor de todos.

Cuando nos hacemos mayores, no vale eso de ya pasó mi tren, o eso otro de la tecnología ya no es para mí. No importa la edad biológica que tengamos. Por dentro tenemos todas las edades, muchos todavía no saben lo que eso significa. Al mayor se le atiende poco, se le entiende menos, se le tiene escasa admiración, en muchos casos poco o nada respeto, para algunos es como un escombro. Pero la gente mayor debe seguir siempre aprendiendo, no importa qué: jardinería, botánica, idiomas, astro química, historia del arte, humanidades, astrología; cualquier cosa que despierte su interés, como si fuera a vivir eternamente.

Renacemos a nuevas vidas después de morir, y partimos de donde dejamos nuestra historia personal. Si, esto que acabo de escribir es un misterio difícil de creer, lo sé. Pero por qué el hombre va a ser diferente, por qué no va a tener la misma continuidad que tiene el árbol de la época del Edén: hoy, después de muchos siglos sigue dando manzanas.  

Es lógico no recordar vidas pasadas, de no ser así y tener una completa información sería insoportable el sufrimiento de esos recuerdos.
 
Cierto es que hay días que uno no saldría de la cama, sumido en la oscuridad y el pesimismo, en la compañía de Arnold, así es como llama Manuel Vilas, -el reciente premio Nadal 2023- a su enemigo mayor: la depresión, con el ánimo desbaratado y sin deseo alguno, con ganas de tirar la toalla y apearse de este mundo miserable donde nos perdemos entre la multitud y nos hacemos cada vez más y más pequeños hasta desaparecer. Y cuando nos vamos nadie nos extraña. Escondemos el corazón, lo vendamos y nos vamos a sufrir.
Sufrimos, porque no amamos. Esta sí es una gran verdad. 

LA VIDA NO VIVIDA ES UNA ENFERMEDAD DE LA QUE SE PUEDE MORIR. Este pensamiento de Carl G. Jung, que comparto con vosotros, nos dice que si morimos viviendo es porque no estamos viviendo. Y puesto que hemos de morir, mejor hacerlo sin enfermar, despertando el instinto y hacer aquello que hemos venido a hacer y nos dicta el corazón. Cuando no lo hacemos, enfermamos. Esta es una de las lecciones más difíciles de integrar, me lo dice el gran número de enfermos y enfermedades raras apareciendo constantemente, a las que ya no saben ni como llamar. 
 
Vivir debería significar para todos hacerlo con dignidad; en gran medida depende de cada uno de nosotros. Si queremos morir con dignidad, debemos vivir con dignidad, con propósito y compromiso con nosotros mismos. 

Os sorprenderá saber que a mis años tengo puesto mi interés en saber sobre la neurociencia, me está encantando descubrir la arquitectura del cerebro, como funciona la mente y sus circuitos y de qué manera se comunica con el corazón.  Se que estos conocimientos nuevos para mi no caerán en saco roto cuando me vaya de esta vida,  consciente como soy de que el alma a la que nutro y alimento habrá integrado todo lo aprendido. Y eso se irá conmigo a ese espacio entre vidas donde decidiré ¿y ahora qué toca?.
Saberlo me llena de alegría, me hace sonreír, me ilumina en un parpadeo como una de esas bombillas de navidad que esperan dar luz en su próxima cita. 

Elena Larruy  




miércoles, 24 de agosto de 2022

UN VIVIR MEJORADO

 Obra de Andrew Salgado

“La vida va de ir apagando luces, de acostumbrarse a perder, a despedirse, de ir tirando cosas, las rotas y las que estorban…” Frase extraída del libro Adiós pequeño de Maxím Huerta.


LA REFORMA 

Actualizar una vida

es necesario,

como quien reforma un baño

alicata una cocina

o repara un tejado.

Mudarse a otra piel

y saciarse de olvidos,

quitar gravedad al dolor

y no echar pulsos

con el pasado

es jugar a ganar.

Éxitos y fracasos

como agua entre las manos

se escapan todos por igual.

Y qué más da

si lo vivido

fue ficción o realidad.

Nada se debe arrastrar

que nos impida

aprender y disfrutar.

Lo que cuenta

es el instante -bien vivido-

nada más.

Cuando la noche te echa de menos

y en su rincón oscuro

te escondes a llorar,

lo mejor es cambiar.

El viaje va de eso

de acostumbrarse a perder

a despedirse y a soltar,

a tirar

para adelante

sin cargas ni pesares.


O morir o reformar.

Elena Larruy


El Covid deja secuelas sutiles -y otras no tanto- en personas que lo han padecido y que afectan a diferentes órganos y estados del cuerpo. Los trastornos, por un lado, nos hablan de que debemos reforzar nuestro sistema inmune con buena alimentación y complementos vitamínicos y por otro nos inducen a mejorar la condición humana, en todas sus dimensiones. Vivir o Morir, depende en gran medida de nosotros, mucho más de lo que pueda parecer.  

No siempre sabemos, pero siempre debemos intentar un vivir mejorado. Yo ahora percibo en mi estado de ánimo secuelas de la enfermedad que pasé hace ocho meses. Me aconsejaba una buena amiga que cambiara mis pensamientos negativos, a lo que le respondí que no creía tenerlos, no soy persona pesimista ni destructiva, pero si admito llevar una considerable carga negativa que me pesa con la edad y que me resta felicidad,  como consecuencia de todo lo vivido. Nada diferente a lo que puedan estar viviendo o les pueda pasar a otras personas. 

Hay en mí muchas edades no resueltas, que han ido dejando un poso de insatisfacción y de tristeza en los diferentes cuerpos -físico, mental, emocional-  en forma de residuos tóxicos, que alimentan a Arnold: el enemigo depresivo al que Manuel Vilas, le pone nombre - el autor de Ordesa y de Alegría- así llama él al personaje fantasma que le fastidia la existencia en muchos momentos de su vida. Ese "individuo temido y poderoso"  le arrastra hasta su  sombra y le chupa la energía para quedarse con su alegría. 

Coincidimos hace unos días con mi amiga M.Dolors por teléfono, que la felicidad hay que trabajarla cada día. Las cosas no nos son dadas fáciles. Hay momentos que cuesta mucho sonreír.  

De ahí este poema; de la necesidad -"siempre la necesidad"- de cambiar hábitos y conductas que mejoren la salud y los estados de ánimo. Los cambios siempre favorecen, son buenos y necesarios, despiertan la dinámica del cuerpo, nos obligan a tomar decisiones, a estar creativos, a renunciar a apegos y pensamientos tan inútiles como centrífugos, que no nos llevan a ningún parte. 

Hay una palabra, de origen griego, que me gusta especialmente: ATARAXIA, significa ausencia de turbación, cuyo estado de ánimo se caracteriza por la tranquilidad y la total ausencia de deseos o temores. Esta filosofía desarrollada por los epicúreos, estoicos y  escépticos consistía en alcanzar un bienestar mental  que les permitiera vivir en calma.  Desechaban así cualquier sentimiento negativo que les inquietara y les alejara de esa meta espiritual. Todo un logro. Una condición indispensable para llevar una mejor vida ahora a la vuelta de vacaciones. ¿No os parece?


martes, 19 de julio de 2022

POEMA PARA LUCIA




Poema en recuerdo de los diez días de verano que pasé en a Coruña en casa de Lucia, rodeada de sus cosas y de sus libros. Ella mientras, estaba en la mía, en nuestra casa de Sitges. Hace apenas nada que nos conocimos por un Chat asociado, fue por aquellas causalidades, que la vida te pone delante personas y cosas que estás buscando y necesitas, las que manejan su vida y la entienden como tu lo haces, con las que comunicarse es fácil y gratificante.

Como todo lo que es importante y bueno, no permanece, se  hace líquido y se escapa como el agua entre las manos,  pronto se desvanece la experiencia vivida  y pronto pasará a la página del olvido, no así en la piel, en la que habrá dejado una marca indeleble a modo de caricia y una sonrisa en nuestra historia particular y en nuestro rostro. 

Este poema inspirado en otro de K.Irribarren, es para ti Lucia, que se que me entiendes, no solo porque es tu oficio,  si no porque esa semilla que traías al nacer creció como la mía, en medio de mucha oscuridad. Y por eso damos gracias. 


POEMA PARA LUCIA

Te sientas en la terraza

en la mañana temprano,                                          

con una taza de café en tu mano,

o  quizás atardeciendo

te sirvas una cerveza tostada

fresca y espumosa.


A pocos metros de ti

unos pájaros revolotean y cantan

en lo alto de un pino,

niños y niñas juegan en la piscina

se tiran agua, chapotean

ríen, se pelean...

te llevas a la boca un saladito,

con la otra mano acaricias a chiqui

el, paciente, te escucha sinérgico y atento,

todo lo tuyo le interesa.

Le gustas.

Degustas, ensalivas,

respiras profundamente;

el placer está servido,

la lectura, 

la compañía, cómplice locura la tuya

con la de Rosa Montero

"El Peligro de estar cuerda":

yo, tampoco lo quiero.

Apuesto por el error,

aunque a veces suicida,

es más auténtico,

más valiente. 


Yo te leo a ti Lucia

te percibo íntegra, humana y entera,

no a cachitos,

me identifico con "la niña interior"

de la que tanto sabes y nos cuentas

y, entre medias

leo poesía

de otra alma desgajada

como la mía:

Karmelo Irribarren

otra voz disonante

por sincera, nada cuerda.


Aprovecha este momento

de transformación increíble Lucia,

todo en ti florece,

pronto será tiempo de recogida.

 

Cierra los ojos,

piensa:

"esto es lo más parecido a la felicidad"

luego cuando los abras

y veas un hombre sucio y descuidado,

frente a tu casa,

hurgando en las basuras

con un palo,

apresúrate a retirar deprisa

el contenedor de tu vista.


Elena Larruy


sábado, 11 de junio de 2022

LA FORJA DE UNA SONRISA




No todo el mundo nace con una sonrisa en la cara, como fue mi caso. Me esforcé en darlo todo sin ese atributo, para que las puertas se me abrieran más fácilmente y la vida fuera más condescendiente conmigo. Tanto me esforcé que acabé sonriendo cuarenta años, de ocho a tres de la tarde, empleada en un Banco del paseo de Gracia. El hecho forzado de mi ornamentada sonrisa al final tuvo su recompensa: me dio voluntad y carácter.  
Me enseñó que no es que me faltara la sonrisa en aquellos tiempos,  es que la auténtica, la genuina,  la tenía girada y sonreía para adentro. Con esa luz no tan contaminada iluminaba mi existencia. 
Los años, con su visión de larga distancia, nos dan conocimientos útiles y, respuestas definitivas. A la edad adulta que yo tengo ahora, sé con seguridad cómo se forja la sonrisa en la cara. Sé que hay varias de ellas, unas son naturales otras automáticas, otras forzadas. Me viene a la memoria grandes sonrisas como la de Blanca Fernández Ochoa, la de Verónica Forqué o la de Ivón Reyes a la que recientemente escuché decir, que su sonrisa era fingida, que el hecho espontáneo de su sonrisa lo había heredado de su padre, pero que la mayoría de veces tras esa sonrisa, se escondía otra: la Ivón temerosa e insegura. Su sonrisa era fingida, un escudo protector.
La sonrisa cuando no es de cortesía, muchas veces, no es más que una pose, un mecanismo de conveniencia defensivo, para mostrarnos más seguros ante los otros, para ocultar nuestros verdaderos sentimientos... También la seriedad puede ser otro mecanismo de defensa. Nada es lo que parece, una vez más.


LA FORJA DE UNA SONRISA

No fue fácil quererme 
por mi dulzura
ni mi voz párvula.
La chispa de mi gracia
no brilló en cielo abierto.
Ningún maestro
puso precio a mi talento.
Mi sonrisa fraguó
en enrejada forja
de silencios.

Tampoco yo quise
a cualquier precio,
ni ajusté a mi pecho
dolorido
abrazos huecos
Ni até más lazos 
que los justos.

Por fortuna fui amada
y quise sin voluntad
con la misma fortuna.

Me hice mayor
antes que niña
crecí deprisa
para ocuparme de ella
ea ea ea 
no estás sola
mi pequeña
le decía y le cantaba nanas
y la enseñaba a escuchar
otras voces en ella. 

Asumí el papel de una madre,
de quererla
de consolarla
de enseñarle todo cuanto sabía
hasta que por edad
me cogiera.

Aprendí en horas nocturnas
a improvisar remiendos
a conquistar deseos
a merecer cuanto me llegara,
Aprendí del dolor
y de las cosas feas
y empecé a soñar,
y a recoger su cosecha.

Con los desechos del vivir
construí una gran torre,
piedra a piedra,
para seguir viviendo
mejorada,
en mi fortaleza.
                                                           
Hoy la diosa Artemisa que fue
se desmiembra
como un busto griego
en un jardín de invierno.                          
Se ahoga por dentro
para que nadie la vea llorar,
para que nadie cercano
se vaya más lejos.

Siente la pérdida
y el derrumbe de sus formas.
Se dice que todo está bien,
se desmiente, se contradice
escribe para saber lo que piensa,
y se ausenta,
desaparece emboscada
en tristezas areniscas,
hacia el gran silencio.

Elena




domingo, 13 de marzo de 2022

Y ME VOY


Flor de Diente de león



Y ME VOY

Como diente de león
que al aire cede
el lugar que ocupa.

Como pétalo escarlata
que abandona su flor
sin herida.

Como hojas de menta
enhebradas
en verde rama 
marchita,
desgajo mi esencia fruncida
y me voy,
abandono mi nombre
y mi casa.

Elena Larruy



La segunda versión de este poema que acabo de escribir habla de la fragilidad y la transformación. De cómo la vida se nos escapa poco a poco y dejamos de pertenecer a un cuerpo y a su identidad. En su momento lo inspiró la lectura del libro de poemas En voz baja, de Carlos Nadal Gaya. A muchos os sonará este nombre del que durante muchos años fue Redactor jefe de Internacional y de Opinión de La Vanguardia, desde el año 1976 hasta el 2010, publicó una columna dominical sobre política internacional, bajo el epígrafe Week-end político mundial. Fue también profesor de literatura Hispana y de Política Internacional. Un hombre de gran cultura y un extraordinario ser humano cuentan los que le conocieron.

En la intimidad escribía poesía. Para nadie era conocida esta faceta suya. Fue a su muerte que su familia reuniera sus poemas y dedicaran a su memoria este pequeño libro de poesía que recoge la fragilidad de las personas, la humildad del ser: del suyo.
Carlos Nadal cultivó la atención de las pequeñas cosas, poniendo de manifiesto el hondo y callado sentido que tenía de la vida. 


lunes, 24 de enero de 2022

El VIAJE FRUSTRADO


Sucedió en el 2020 a mediados de Octubre. Dos amigas y yo íbamos a pasar unos días a Palacios de la Sierra, un pueblecito de Burgos, invitadas por una de ellas: Carmen. Llevábamos preparando el viaje desde el verano, teníamos muchos deseos de salir de la ciudad, tocar tierra, ver cielo, conocer nuevos paisajes. Todo estaba preparado, listas las maletas y las ganas. Nuria recogería a Carmen con el coche en un punto estratégico de la ciudad, luego me recogería a mi,  le venía de paso para tomar la Gran Vía dirección Lérida-Zaragoza. Haríamos una parada en Soria para comer algo y descansar, probaríamos los torreznos, típicos de Soria y estiraríamos las piernas por la Alameda de Cervantes donde tomaríamos un café para más tarde continuar con el viaje un par de horas más, hasta llegar a Palacios. Calculamos sería entre cinco y seis de la tarde. Javi, un amigo de Carmen nos tendría calentita la casa, a petición de nuestra amiga. Pero sucedió lo que temíamos y no queríamos que sucediera. A menos de cuarenta y ocho horas de nuestra marcha, el Piqueras en una frase escueta nos pinchó los tres globos anunciando que confinaban Burgos -capital y provincia-. Así que no quedó más remedio que deshacer las maletas y las ganas: todas, y esperar a que llegara la  primavera y se fuera el maldito bicho. 


EL VIAJE FRUSTRADO 

Ropa de abrigo

calcetines de lana

pijama de franela

ropa interior nueva.

En Burgos las temperaturas son muy bajas

me recuerda la amiga. 

No te preocupes si algo te dejas,

en la casa hay de todo,

no lleves secador

ni toallas

ni nada de baño,

tampoco comida,

llevo caldo para la cena

compraremos cecina y morcilla

en la tienda de Ana

todo está estupendo. 


Coge buen calzado

con pantalones de montaña

eso sí es obligado

para pasear por la sierra

y visitar la necrópolis del cerro 

-tiene su interés-

además de hermosas vistas. 

Pasaremos por el cementerio

a llevar flores a Juan,

y al bajar, visitaremos  

"el roble centenario"

al monumento más noble de Palacios.

Poco antes de comer

tomaremos unas cañas en la terraza de  Ana,

en su tienda de la plaza,

compraremos infusiones, tomates y rosquillas

-todo ecológico- de la mejor calidad.


Coge jersey de cuello alto

camisetas 

neceser con las pastillas,

la tarjeta de asistencia -por si acaso-

Que poquito nos queda querida:

¡y qué ganas tengo!

muchos han sido los meses de encierro.


¡A la mierda el viaje y las maletas!

Acaba de anunciar el Piqueras 

que confinan Burgos

desde mañana a las ocho,

que no podemos entrar

los que venimos de afuera,

que nos quedemos en casa,

que no se admiten turistas

ni viajeros, ni gente de paso,

que tiempo  habrá

de conocer La Catedral, El Espolón y La Cartuja,

el Monasterio de las Huelgas,

los paseos por el río Arlanza, 

el caminar por los pinares

o el casco viejo de Burgos.

Castillo, conventos, y cartujas

todo estará en el mismo sitio

en primavera. Solo cabe esperar,

confiar que se vaya este bicho.


Que el que quiera rezar

que rece 

pero que lo haga en su casa.

Que cada cual -en la suya-

se monte la fiesta en la terraza,

se sirva un par de cañas

con un pincho de morcilla

-comprado en el Bon Área-

y le eche ingenio y unas risas,

que para pecar

con un asado de lechazo

no hace falta irse tan lejos.

Ventajas tendrá

no tener que confesarse

aunque de buena mano se

que en Burgos dan indulgencias

a pronto pago,

se dice que el perdón

va incluido en la cuenta del asado.

"Valor añadido es":

¡Se me hace la boca agua!

¡Me consuelo!

Me deshago por dentro!

¡Mejor... no lo pienso!

me voy tan pronto pueda

escapar de este encierro

¡me voy para Palacios!

Tengo asuntos pendientes:

                      varios.

Elena


La primavera llegó siete meses más tarde -el Covid19 nos dió un respiro- y por fin hicimos el deseado viaje. Recorrimos todos los lugares descritos y otros parajes preciosos de la naturaleza Castellana-Leonesa,  porque Burgos es una extensa alfombra verde coronada por un cielo de nubes blancas espectaculares e intensas, caprichosas y viajeras que en los atardeceres por el ocaso se vuelven rojas y naranjas: no podía dejar de mirarlas. Toda la provincia fue fácil de recorrer. La catedral -visita obligada-  una  auténtica joya gótica. Los paseos por las tiendas del casco antiguo entre calles peatonales también son muy agradables. Y qué decir del lechazo a la leña con sus patatitas panaderas y su copa de Rivera...  genuino "placer de dioses" que no puede viajero alguno dejar de probar. 


lunes, 17 de enero de 2022

LA SONRISA DE LA TORTUGA




La Caretta o tortuga boba es un animal que puede llegar a pesar hasta 180 kl. Tiene una gran cabeza con dos grandes ojos, como faros, y un enorme y duro caparazón. Es un animal imponente. Las tortugas son omnívoras, disponen de una gran mandíbula extremadamente fuerte que utilizan para comer crustáceos: cangrejos, langostas, erizos... Tampoco desprecian otros pescados e incluso se alimentan de su verdura preferida, las algas.

Prefieren las aguas cálidas como las del Caribe. Se las puede encontrar repartidas por todos los océanos del mundo, nunca en aguas heladas. 

Tienen una gran capacidad migratoria. Las hembras preñadas pueden recorrer largas distancias hasta 12.000 km. para desovar y anidar sus huevos en la misma playa donde ellas nacieron. Los científicos que las han estudiado dicen de ellas que tienen una gran capacidad de orientación. ¿Pero como lo hacen? Son muy sensibles a los campos magnéticos de la tierra, por ellos se orientan.

Solo las hembras tocan tierra para depositar sus huevos, los machos permanecen siempre en el agua.

Una de las curiosidades respecto al sexo de sus crías viene determinado por la temperatura. Si los huevos maduran en temperaturas altas saldrán más hembras, mientras que si lo hacen en aguas frías eclosionan más machos.

Pasados 60 días las tortuguitas sumergidas en la arena ascienden, pero no asoman la cabeza hasta que se oculta el sol, para no ser vistas por los depredadores. Corren hasta el agua para salvar sus vidas. Pese a todo esfuerzo solo una de cada 1000 llegará a ser adulta. 

Aunque en español se las llama tortugas bobas, su comportamiento denota un nivel evolutivo desarrollado, lo que viene a decir que no son tan bobas: en absoluto. Cuando las pequeñas crías alcanzan las aguas, para sobrevivir, se refugian en el sargazo el alga parda que al mismo tiempo que las oculta y las protege, las alimenta. 


Por un momento creí ser una de ellas.
No somos tan diferentes
ni es tanta la distancia que nos separa.


NAVIDADES 2021


Ayer

me levanté con una sonrisa boba de tortuga.

Por la noche recibí noticias de Juana

con un poema.

Me acabo de comer un huevo

con deleite famélico de náufrago.

Ha remitido la fiebre. Ya no toso.

Todos los indicios son buenos

parece que el okupa se va de  mi casa

pero taaaaaan lentaaaaaaamente

que antes desfallezco.

Es veinticinco

pero no es Navidad en mi escalera:

el silencio es de mármol 

no hay risas de niños

ni algarabías festivas

propias de estas fechas 

ni un triste olor a langostino

se cuela por ningún sitio.


La Soledad de Gabriel me confunde

Me apaga la mía.

Abandono la lectura abrumada.

Cien años son muchos...


No puedo con esta callada

que insiste y persiste en San Esteban.

¡Malditas paredes sin puertas!

Maldito el Covid, que penetra

que posee a los cuerpos

sin permisos ni licencias.

¡Angustia de cuarentena!


Me acerco a la ventana

a estirar la mirada

con mi tristeza a cuestas

un cielo azul con rayas blancas

gotea, sobre inocentes cabezas.

Nada es lo que parece -nos decimos-

nada

      como lo cuentan...

no hay en qué creer.

Pese a toda amenaza

creo que hice bien en salir de la cama

quitarme el pijama

meterme en la ducha

dar por buenos los abrazos

que llegaron por la red,

los "te quiero recibidos"

de allegados y amigos.

Yo también los reparti

-a modo de aguinaldo-

por la misma línea:

claro.


Entre la noche y el día 

voy y vengo deshojando la duda

-margaritas no tengo-

Me gusta mirar al cielo

en la hora que la Luna festeja a Venus,

creo en las señales del amor.


También creo

que el corona se irá de mi cuerpo

como se van las nieves de invierno.

Del espacio ocupado

se borrarán memorias y recuerdos.

¿Cómo si no empezar de nuevo?.


Así de agotada

he llegado yo al día uno de enero

del año nuevo,

como una ola oceánica                      

que entrega su derrota en la arena                                      

           donde desovan

las tortugas bobas.


Elena Larruy



sábado, 16 de octubre de 2021

EN LA GEOMETRÍA TAMBIÉN HAY POESÍA

 


Brócolí Romanescu

exquisito fractal

en verde espiral dorada.

Aúrea pitagórica

en forma sagrada.

Consumas tu acto

en gesta creadora.

Poesía de las formas.

GeometrÍa inspirada

en conCiencia pura.

E. Larruy

domingo, 29 de agosto de 2021

SIEMPRE MÍA

 

 


Te quiero a la una, a las dos y a las tres

de cada día

de todos los tiempos presentes

y venideros.

Te quiero como siempre te quise,

en mi mundo paralelo,

-estés donde estés-

porque eres Mía:

mi motor

mi verano

mi luna

mi extensión

mi brazo izquierdo

mi ojito derecho,

la razón de existir de mi bazo

de mi cordura insumisa

de mi pecho dolorido,

el motivo más importante

de que yo siga.    

Te quiero los mediodías

cuando el reloj se detiene

en mi tiempo desgastado

a la hora del descanso

y sin saber si son las cinco

o son las cuatro

me despiertas

con tu abrazo

y me tomas presa 

para dejar en mi oído

tus cantos de polluelo

recién salido del nido.

 

Pronto lo abandonarás -me digo-,

tienes raza y estilo

volarás alto

con un vuelo diferente 

serás en apariencia aquella

o la otra,

lo que tu quieras ser,

habrá quien pase por tu lado

y no te reconozca.


Y yo estaré

donde siempre he estado

para seguir siendo tu faro

tu compañía

junto a la orilla del querer

de las horas todas:

siempre tuya

hasta extinguirse tu memoria.

Elena

miércoles, 19 de mayo de 2021

COMO ESTAR MUERTO

 




SIN ALIENTO EN LAS VENAS

 

ni música en la sangre

Ser un hombre plano

como una partitura sin notas

como un calendario sin días de fiesta

como un retrato sepia   

como una cerilla sin leña  

como una mirada de piedra   

como una voz sin cuerdas    

como una piel de ballena

como un oído planchado  

como un corazón con rejas

como un sabor a palo seco

 

como un desierto de arena

donde nunca ir a por agua

ni de visita

ni a por leña.

 

Ser un hombre plano

inclinado

en lo recto

significa no tener “bisagras”  

ni conjeturas

ni una carcoma de duda,

es dejar que los gusanos     

mueran.

 

Es

yacer

en una caja

 

de la misma hechura.

miércoles, 7 de abril de 2021

ADIÓS A LA TRISTEZA

 


CON LUZ DE PRIMAVERA

  

En los caminos sin luz

donde perdemos la alegría

y la estrella que nos guía,

creemos morir de repente.

Un cuerpo helado

busca el abrigo

en el calor amigo

de un  abrazo confinado.

Mas al otro lado del hilo

otros cuerpos tiritan                     

rastreando la lumbre

que los desvista

del frío.

Perezosos los ojos

buscan

en un desierto sin vistas

parques amarillos

vuelos de gaviotas

fuentes cantarinas.

Huellas de vacíos

se adivinan

en todas las pisadas:

corazones sin pulso,

esperanzas bajo tierra,

alegrías prohibidas.

Mas la  tristeza

es natural y pasajera,

no es de dolor que está hecha

ni tan siquiera de materia,

es solo un estado inerte

temporal

que se asienta

tras la hoguera.

Nacerá de sus cenizas

la alegría en primavera

como el ave destruida

que se renuevo

como a la rama del árbol

cuando le asoman los frutos,

la alas, los cantos, las risas

La primavera y las cigüeñas

siempre vuelven

con flores y con vida.


Elena Larruy

lunes, 5 de abril de 2021

COMPOSICIONES LITERARIAS A PARTIR DE UN TÍTULO

Sencillas composiciones literarias a partir de títulos dados: frases, poemas, aforismos, Haikus, notas diversas... (Taller Laie)   






RAIZ CUADRADA DE DOS

Una casa,
un techo,
un encofrado de hierro,
un brasero
tu y yo:
cuatro.




GUISANTES NADANDO EN UN PLATO


Los hay que se ahogan
en un chupito
en un tubo de ensayo
en un colirio
y hasta en la gota derramada

de un vaso de agua.




HE VUELTO NO MATES A SPIDERMAN


Razones traigo
con sarmientos de mentiras
para quemar en la hoguera

ídolos falsos

dioses veganos vengativos

héroes y adalides de tres cuartos.




HOY NO HARÉ NADA

(    ).



UN BOSQUE A MEDIDA

Me cautivó tu cabeza.
En la onda expansiva de su alcance
me distraje. Te lo dije en unos versos
que aún siguen intactos.



LAS COSAS QUE NADIE ROMPE, PERO SE QUEBRARON


Y aquí estoy ahora
esperando un mensaje de Teresa
una visita (que no se dará)
una llamada para dar (o escuchar)
una disculpa 
un te echo de menos
con su voz resucitada diciendo:
no te puedo borrar de mi cabeza
siempre te sentí hermana.

Yo también te quiero.




LOS ESPEJISMOS NO TIENEN PÁJAROS, OÍ DECIR


Tiempo y espacio
en la visión del alma
espejo falso.




ME DEJO VIOLAR POR EL DOLOR DE UN VAGÓN VACÍO


No estar en ti
ni en mi
ni en nadie.
Extraviar todas
las llaves.




NADA ES MIO, TODO ME PERTENECE


Todo cuanto observo me pertenece.
Nada es de la memoria
tan solo el usufructo.




NO HEMOS APRENDIDO NADA DEL BARRO

Es de la bandera
la voz de su estaca
clavada en la tierra

la que más me interesa.




PEOR ES PERDERSE EN UN HUERTO DE ALCACHOFAS


Cuando no vayas a ninguna parte
yo también querré ir.




¿QUÉ FUE DE LAS ARENAS MOVEDIZAS?


Cuando no hay abrazo alguno
donde pararse a llorar.



UN GLACIAR BAJO LAS UÑAS CONSTRUYENDO LO QUE SERÁ CONSTANCIA


Desplazar una montaña
trabajar en su base
retirando las piedras
de una en una:
encontrar la mandíbula
de un Homo Erectus


Elena Larruy


martes, 9 de marzo de 2021

FRAGILIDAD

 


Este poema explora en el tejido humano de la fragilidad, en la condición humilde a la que le aboca su deterioro y decadencia. La asemeja a los ciclos vitales de la propia naturaleza.

Se borra nuestro rastro, nuestro nombre. Cuando eso sucede, el fruto ya ha dejado en tierra sus semillas para que en un sin parar la vida se renueve y se suceda.

La fragilidad conlleva fortaleza. Ningún movimiento es definitivo, ninguno banal.  Nada es más importante  que  volver a empezar.

Todo en el universo es dual, detrás de la fragilidad está la fuerza de la vida.



FRAGILIDAD  

Diente de león 

que al vacío cede

el lugar que ocupa.

Pétalo de amapola

tan real en su modestia escarlata.

 

Me ajusto al abandono,                       

a esta manera de estar presente

sin saberlo

como el aroma fugaz

de una hoja de menta.

 

Dejo de conocerme.

Olvido mi nombre. 

 

Elena

lunes, 1 de marzo de 2021

LA SONRISA EMPAÑADA

Primero fue Joan Margarit el dieciséis de Febrero, días más tarde, el veintidós  me saludó con un hola y un adiós el americano Lawrence Ferlinghetti el último superviviente de la generación Beat y, ayer fue la escritora murciana Isabel Martínez Barquero. Todos tienen maneras distintas de despedirse. Todos coincidieron que Febrero era un buen mes para morir.

No hace ni un año que nos dejó otro gran poeta, además de compositor y cantante L. Eduardo Aute; el mismo día que fallecía en un hospital madrileño, entraba por la puerta de mi casa su libro Toda la poesía, de alguna manera me avisó unos días antes, pues si bien escuchaba su música nunca me interesé por hacerme con sus letras. Sentí entonces como lo siento ahora que los poetas eligen a los herederos de su legado, la poesía no es apta a todas las miradas.



Sorpresivamente ayer veintiocho de Febrero apareció en mi teléfono, sin venir a cuento, el Post de la última entrada del Blog El Cobijo de una desalmada de la escritora murciana Isabel Martínez Barquero, estaba fechada dos años atrás, en ella Isabel se despedía, cerraba lo que llamaba una etapa fértil de nueve años cuyo tiempo había llegado a su fin. Tuve curiosidad por saber qué estaba escribiendo ahora, hacía dos años que le había perdido la pista. La escribí para pedirle dos libros suyos, y tuvimos ocasión de saludarnos e intercambiar comentarios de los mismos. Descubrí entonces a una mujer sufridora que se esforzaba en sonreír. Su poesía trasmitía mucho desgarro. Al leerla sentía que compartía ese dolor y que el suyo se hacía más pequeño, y en ese sentido me aliviaba. Más tarde me contó ─sin contar─ que había padecido una importante depresión que la dejó como muerta: se dejaba entrever en casi todos sus versos y poemas. Conecté de corazón a corazón y la entendí, mucho más cuando leí sus relatos y su libro de poemas el Nervio de la piedra. Ahí dejaba patente la naturaleza de su herida, la necesidad imperante de escribir para seguir viviendo.

Esta mujer Licenciada en Derecho y escritora, cuya valentía y honestidad me emocionaba, la sentí como una mujer de verdad, de las que te hacen sentir orgullosa de tu condición de mujer. Nunca se prodigó más que como una ciudadana que escribía, sin poder parar de hacerlo: le iba la vida. Su alma tantas veces expuesta a la intemperie la llevaba a esa necesidad. Para ella escribir era una pulsión del vivir descosido que sentía en su interior; poder contar aquellas cosas que nos pasan, que sentimos y no decimos, con la sonrisa empañada: sí, pero auténtica y necesaria. Otra mujer echa de voluntad y esfuerzo. Y así se lo hice saber.

Creo que todos los grandes creadores tienen un legado muy valioso que han de dejar en buenas manos, como quien confía un hijo cuando se va. Así hizo Isabel conmigo. La poesía es un material de alta sensibilidad, no apta para miradas que puedan dañarla o ensuciarla. Estos seres entrañables, los poetas,  que nos contaron sus vidas para hablarnos de nosotros, se les debe reconocimiento y agradecimiento, y eso es justo lo que hago ahora, además de seguir su rastro.

No porque sus nombres se escriban con letras mayúsculas y doradas, sino por su humanidad y su saber y, sobre todo porque fueron personas que por encima de todo amaron: ¡y de qué manera! nos lo hicieron saber.

Feliz en tu eterno descanso Isabel, y gracias por tus palabras y tus deseos de que, esta que escribe, nunca fuera herida por el nervio de la piedra.

Elena Larruy



De su libro Mujeres de otoño
Fragmento del Relato: Tibieza
Isabel Martínez Barquero

Más vale cambiar el rumbo de mis pensamientos, no enredarme en cavilaciones que solo consiguen que me precipite en cimas voraces. Por semejantes derroteros, me quedo paralizada en una latitud estéril que me engulle como si fuera un campo minado por arenas movedizas. Si me aflijo por lo que ya no será, perderé lo que aún puede ser. Debo enarbolar la bandera del optimismo, no ceder ante la derrota. Al fin y al cabo, reconozco estas meditaciones, fieles compañeras de mi vida; he aprendido a convivir con su carcoma. Pero también he aprendido que la perfección se empaña en la tristeza. La existencia esconde nuevos días donde es posible sorprenderse con un regalo inesperado en cualquier segundo. No deseo que mi mente se enturbie hasta el extremo de ser incapaz de descubrir las pequeñas cosas que impulsan a la sonrisa, a la dicha cotidiana, al placer inocente de enhebrar las horas en las faenas mínimas que me renuevan. La alegría es una decisión del carácter y un empeño de la voluntad. (...)

sábado, 6 de febrero de 2021

VENTANAS Y MIRADAS

 

     La vida es una larga lección de humildad. James M. Barrie


Pocas palabras, tan clarificadoras de un sentimiento, asociado a la vejez, como la palabra soledad. Nunca me importó la soledad cuando era joven. Desde que cumplí los diecisiete que me independicé, aprendí a estar y convivir con el mundo a solas. Nunca me sentí sola aunque no estuviera acompañada, miento sí me sentía sola en algún momento, nunca abandonada. Ahora en mi momento de mujer adulta el término soledad tiene otro significado diferente. 
Cuando estamos en tiempos de regresos, como me gusta llamar a mí a la vejez, o en las etapas maduras de la vida, estamos más consumidos, uno percibe de manera diferente la soledad. Sabe a otra cosa. Nada más triste estos días que ver desaparecer a los mayores, solos, tremendamente solos, sin una mano que les acompañe. A los que no nos sucede estas cosas debemos estar en continua actitud de agradecimiento con la vida. No quiero ni imaginar pasar esta experiencia con un padre, una madre o un hijo.

Hace no mucho leí estas palabras: «No está más solo el que no tiene compañía que el que no es de nadie». Cuando nada de ti tienen los otros es cuando nos sentimos terriblemente solos. Podemos estar acompañados o no,  sentirnos solos o no, pero cuando realmente estamos dolorosamente solos es cuando el amigo, el hermano, el padre, el hijo, aquel que nos importa y del que nos sentimos o deberíamos sentirnos cerca, no tiene nada tuyo. Eso es realmente la soledad. Cuando nadie tiene nada nuestro.


Obra de March Chagall






.

Elena Larruy

miércoles, 3 de febrero de 2021

LA PALABRA


LA PALABRA

Cuando la palabra enferma

en la garganta

helada la voz se estrecha.

Recuerdo la de mi padre, prisionera aun de guerra, cuando en las tardes de invierno me recogía del colegio y me subía en su vespa: ¡respira por la nariz y cierra la boca! hija -me decía- y yo esperaba ese momento de dicha cocodrilo  para abrirla con todas mis fuerzas, hasta llegar a casa. El resultado buscado era inminente: unas feroces anginas me dejaban en cama una semana. Esa circunstancia, era para mi mucho más soportable que el dolor de mi callada. Siete años tenía. Todo lo lloré en ese momento, mas ahora me pregunto que hacer con estos restos. 

Educada por el credo religioso de los sesenta, me negué a ser la pecadora adoctrinada que pretendían que fuera. No me creí el cuento de los infiernos. Tenía serías sospechas de mi inocencia.  Lo que sí era cierto fue ¡aquel vivir de permanente castigo!. El cielo no estaba tan lejos y probé suerte,  pero también tenía defectos -no era tan benévolo como decían- cada dos por tres te estallaba minas en la cara.No eran mortales pero te dejaban sin habla.Siempre hablaban los mismos.

Las contradicciones y yo nos hicimos amigas. Me acostumbré a ellas. No estaba tan sola. Desojando los días del calendario me tocó el crisantemo: una voz "guadiana" que salía de mis entrañas me guiaba y yo la seguía. No pronuncie palabra, estaba sin voz. La que más me dolía era la que no me daban. Me enseñaron otras voces que no eran la mía. La propia se perdió por los confines de las simas de un pasado en blanco y sombra. Nunca eché de menos esa parte de la infancia en el colegio. Sigo creyendo en los cuentos -que yo me cuento- y en mi padre. 

Así es como se construye una mujer a medias, a medio camino de todo, a medio gas, a medias tintas: aquí y ahora, dándole a la misma cuerda. Intentando desenredarme de ella. 

Mari era muchas cosas: todas pequeñas. A los nueve años ya era pobre: sin palabras. Se sentía a veces como el gusano cien pies que se enrolla sobre sus patas, esos que se estiran y se encogen cuando los tocas: esos.  Le salvó no saberlo y siguió para adelante, levantando la cabeza como sí le enseñaron sus padres.

A veces soy yo.

A veces otra

la turbia voz que se arma

y se desarma

confundida.


Temblorosos castillos de naipes

son las palabras.

En el clamor de un desamparo

se desmoronan

para arraigarse en otro aliento

después de los deshielos

tengo la certeza

que la voz se aclara 

y la palabra

se hace más fuerte.

 

Elena Larruy 


lunes, 18 de enero de 2021

SONETO DEL PUCHERO



Nadie discutirá que estos días fríos de extremo invierno y recogida son los más adecuados para encontrar en la mesa un buen puchero, de esos que hacían las madres y las abuelas de antes, que encendían los carrillos y te reconciliaban con el mundo. Pues bien, este puchero lo he cocinado yo, lo llevé  a clase y todos los compañeros lo  degustaron y contribuyeron con sus sugerencias a hacerlo mejor, guiados por la mano del gran «chef-poeta»  Jesús Aguado. Entre todos lo mejoramos y le dimos gusto y mejor forma.  
Sujetar el soneto a su regla métrica, como todo lo medido, tiene su dificultad. Calzar versos endecasílabos, verbos y predicados (o no) con rima consonante, que suene bien, sean entendibles y empaticen con el resto y con lo que se quiere contar, lleva su trabajo. Encajar en la estructura todas las demás reglas y que el conjunto, respetando los acentos -melódico, heróico, sáfico, dactílico- dándole  el ritmo adecuado y al tiempo conseguir la atmósfera que el poema nos pide, insisto, tiene lo suyo.  No siempre se consigue. En concreto con este soneto y "el bombero infiltrado" además de aprender las reglas, lo mejor que nos pasó es que  echamos unas cuantas risas.
Espero que ya que no podéis degustarlo os llegue parte de su aroma y os caliente un poquito el cuerpo: !que menos!. 


SONETO DEL PUCHERO


Garbanzos, morcilla, rico puchero.
Cuando llega el invierno, un buen cocido
caliente, despierta al cuerpo dormido
y lo deja encendido tal brasero.

No es una encomienda de bombero.
En remojo, bien magro y desvestido
que resucita el mal o el buen sentido             
del noble, del albañil y del clero.

Hueso de caña, carne de morcillo.
No llevar prisas. Que no falte el vino
ni el buen amigo de gusto sencillo.        
 
Deleite lento, humeante y alpino:           
hueso de jamón, vaho de tomillo           
que al sentido quita crédito y tino.

Elena
                       

martes, 12 de enero de 2021

Llevarse

 



Poema inspirado en un aforismo del
poeta Jesús Aguado, de su libro
Heridas que se curan solas


llevarse bien con los espárragos en lata

con el apio

con los polvorones navideños

con el run run de mis caderas

                          

con los programas de la secadora

con Julio Cortázar

con esas cosas que no se dicen

y solo se piensan

 

con los años

de más los por demás

y los que me quedan

 

llevarse bien con las piedras

-no hay otra-

 

y con los rotos de cada día

que pego con saliva

para que no se me escape el vivir

 

llevarse bien con el tapa ojeras

el eyeliner

con la ceja esa insumisa

con el caldera

con ese color difunto

que te devuelve a la tierra

 

llevarse bien con el perdón

como virgencita en capilla

repartiendo bendiciones

de casa en casa 

 

quererse bien por las torpezas

y la palabra chica -el todo a cien de la vida-.

 

Llevarse.

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